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UNA VIDA EN EL ARTE
En las paradisiacas y exuberantes cordilleras centrales y en sus escarpadas he inclinadas montanas donde pareciera imposible levantar un pueblo y en donde todos los intentos por conectarla con el resto del territorio se ven interrumpidas por los agrestes deslizamientos de una geografía indomable se encuentra como arte de magia un pequeño pueblo levantado en tierra y mano un microcosmo en el rincón mas recóndito donde el gallinazo salvaje se eleva en sus acantilados , juguetea en sus rebeldes pliegues y aterriza en el tejado de la casa de mis padres y se deja entrever en la claraboya cerca de la sala que al mismo tiempo es un taller de creación de artes plásticas y artesanías diversas, entre flautas de bambú entre libros y lienzos entre un mundo de posibilidades de jugar con la materia y de cierta forma, hacer parte de ese todo creador del que hacemos parte de esa danza eterna en la que estamos sometidos, bellamente sometidos. Dentro de todo ese crear el pueblo afuera parecía un desierto de soledad teníamos todo para dar pero no habían manos que quisieran algo de nosotros conservar, recuerdo que cuando my padre no lograba algún trabajo propiciar por los malos tiempos pues la comida y el sustento parecían escapar pero detrás de ello aventuras venían a rescatarnos. el rio chamberry y sus suculentas montañas nos proporcionaban el alimento algunas frutas silvestres y algunos trabajos en fincas vecinas se volvían juegos, my ágil hermano mayor en los arboles frutales y mis hermanas recolectando los frutos sobremaduros encontrados en el suelo my madre tomando el sol en aquel guayabo arqueado my padre envistiendo a alguna bestia y montando las grandes cargas de verduras panela maíz y yuca toda una orquesta de belleza bajo los ojos infantiles he inocentes de mis hermanos, todos esos paisajes del alma me acompañan, habeces como fantasmas habeces como buenas memorias de un pasado encendido de imaginación y de tanta pasión, cada acto creativo lo ejecutada con tanta religiosidad como soplándole he impregnando con mi aliento a un trozo de arcilla o de piedra algo de mi alma
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